martes, 6 de mayo de 2014

La inteligencia de los niños descalzos

Hay diferentes momentos en la vida en que los niños tienden a quitarse el calzado. Y es que están en plena fase de exploración de su cuerpo. Hace poco que conocen sus pies y quieren verlos, sentir con ellos y eliminar esas barreras que lo impiden. Los padres muchas veces insistimos en ponerles los zapatos incluso cuando no caminan. Ahora que llega el buen tiempo merece la pena aprovechar para dejar que estén, tanto si caminan como si no, descalzos por casa y el máximo tiempo posible al aire libre.

Un estudio corrobora que es mejor ir descalzo

Sabíamos lo cómodos y felices que están los niños explorando sus pies descalzos. Ahora, un estudio señala que la costumbre de calzar precozmente a los bebés y los niños puede afectar negativamente a su desarrollo y que, por contra, los niños descalzos desarrollan mejor su inteligencia. El movimiento físico y el estímulo sensorial del bebé a través de los pies descalzos es factor de aceleración de maduración, del desarrollo propioceptivo y del desarrollo intelectual del niño.

El estudio titulado “Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes“, elaborado por Isabel Gentil García, profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid, hace una crítica a la profusión de publicidad y comercios de calzado para “preandantes”, así como a la excesiva recomendación pediátrica de calzar a los bebés. En su opinión, este acto solo debería ser necesario con el fin de abrigar los pies.

La importancia de sentir los pies

Desde el punto de vista del desarrollo neurológico y de la sensibilidad táctil, los pies del recién nacido tiene una sensibilidad mucho más fina que la de la mano hasta los ocho o nueve meses. Por ello en los primeros meses los pies tienen una función esencial: informar del mundo exterior al bebé, que toca con ellos todo lo que tiene a su alcance, los manipula con sus manos y los lleva a la boca donde las terminaciones nerviosas sensitivas son mayores. El hecho de calzar continuamente a los bebés que no caminan les priva de información táctil y la percepción de la posición y movimiento de los pies en relación con el espacio, que juegan un papel importante en el sistema nervioso central. Por ello para la maduración de las habilidades motoras son necesarios el desarrollo de la coordinación visual manual y la adquisición de estas informaciones táctiles y perceptivas.

El pie como receptor sensitivo


El estudio antes citado además se basa en las etapas de Piaget de desarrollo de la inteligencia, centrándose en la primera, en la etapa sensomotriz (desde el nacimiento a los dos años), cuando son importantes la manipulación, el movimiento y aprender a organizar de forma hábil la información sensorial.
Sin duda los pies, como receptores privilegiados, contribuirían a un mejor desarrollo de la inteligencia del bebé, y ello es así porque la inteligencia se desarrolla mediante la maduración del sistema nervioso. El manejo de los objetos significa conocer el funcionamiento de los objetos a través de manipular con ellos. El desarrollo de la inteligencia no sería posible sin esa manipulación, pues la maduración del sistema nervioso no es independiente de la experiencia. Junto a las manos y la boca, los pies también tienen un papel fundamental.

Autoconocimiento

Una de las imágenes más graciosas que descubrimos del bebé hacia los tres meses es que se mira y se toca las manos y los pies con curiosidad. Empieza a descubrir su cuerpo, y los zapatos en buena medida le restan sensibilidad, movimiento… A partir de los seis-siete meses, los bebés se suelen llevar los pies a la boca en ese proceso de autoconocimiento y aportando nuevas sensaciones y experiencias motoras que contribuyen al desarrollo de su inteligencia.

Además, el hecho de apoyar el pie descalzo en todo tipo de superficies, también irregulares, contribuye al desarrollo muscular. El calzado denominado preandante o el calzado para el gateo impide recibir sensaciones, además añade un peso excesivo a los pies impidiendo que se muevan libremente. Todo ello explica por qué los niños, cuando tienen un mayor control de su cuerpo, se quitan los zapatos continuamente.
Los zapatitos para bebés son muy bonitos pero poco útiles, entre otras cosas, también por el tema del precio: probablemente sean las prendas más caras en relación a su tamaño. Así que, si no hace frío, ¿por qué evitar que los niños anden descalzos por casa si están explorando el mundo con los pies?

Si quieres saber más sobre este tema puedes ver nuestras recomendaciones sobre calzado infantil .

Adaptación de Esportclínic (Fuente principal: Bebes y más).

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