martes, 27 de mayo de 2014

Ayuda a prevenir la inflamación con la alimentación


Uno de los principales problemas que más temen los deportistas es que aparezca algún tipo de inflamación, ya sea en una articulación, un músculo o un tendón, que acabe en un diagnóstico tipo tendinitis, bursitis, fascitis, etc.

Pero en sí la inflamación no hay que demonizarla porque es una respuesta natural defensiva que tiene el organismo. El problema es que, cuando es excesiva o no se modula adecuadamente, puede desembocar en un proceso crónico o que tarde más tiempo en resolverse.


La inflamación y su relación con los alimentos 

Ciertos alimentos que se consumen diariamente pueden favorecer una respuesta inflamatoria desmesurada, por ese motivo exponemos aquí los más importantes:

Equilibrio entre ácidos grasos: El consumo correcto de omega-6 y omega-3 es fundamental para modular la respuesta inflamatoria. La proporción óptima es de 2:1 ó 1:1, pero habitualmente se encuentran relaciones de 16:1, es decir se abusa de la ingesta de omega-6. 
Los omega-3 se encuentran en el pescado azul, la linaza, nueces y algas principalmente. Es aconsejable comer pescado azul pequeño (anchoa, sardina o arenque) 3 veces por semana y cocinados a baja temperatura y evitar el pescado de gran tamaño porque puede contener metales pesados. 


Uno de los omega-6 proinflamatorios (ácido araquidónico) se encuentra en las grasas cárnicas y lácteas. Otros tipos de omega-6 (ácido linoleico), están presentes en los aceites vegetales como el de girasol, palma, soja y maíz, muchas veces ocultos en alimentos industriales como galletas, margarinas. Por eso es recomendable leer las etiquetas y no abusar ni de las carnes rojas ni los lácteos como principal fuente de proteínas y calcio respectivamente. También es importante dar prioridad a los productos que llevan aceite de oliva virgen extra.

Azúcares simples: Los alimentos de alto índice glucémico como las harinas refinadas, el azúcar blanco (y los productos que los contienen), las mermeladas o dulces, provocan picos de glucemia que favorecen la inflamación.

Antioxidantes: Una dieta rica en vegetales (5 raciones todos los días) de diferentes colores cocidos al vapor o crudos, garantiza el consumo de antioxidantes.

Dieta ecológica: Los aditivos, tanto por exceso como por combinación dentro del organismo, y los tóxicos y pesticidas favorecen la inflamación. Una alimentación lo más ecológica posible reduce la carga de toxinas a la que se somete al organismo.


Fuentes: Revista Cuerpomente y European Food Information Council

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